Año escolar en el extranjero, campamentos de verano y cursos de idiomas con Nacel.

Estudié inglés en una academia en mi país por 3 años. Para mí, estaba claro que la única forma de que yo pudiera practicar mi inglés era siendo un estudiante de intercambio en un país anglosajón.

¡Así que hablamos de este tema en familia y mis padres me apoyaron hasta el final! Escogí el Reino Unido porque el inglés británico es el que he estado estudiando en el colegio y en la academia.

Nos informamos en diferencias agencias y finalmente escogimos Nacel porque desde el primer momento fueron muy atentos con nosotros y comprometidos con mi candidatura. Estoy actualmente haciendo mi Bachillerato en Inglaterra y estoy super contenta. ¡Mi familia de acogida me hace sentir como en casa y los profesores en el colegio son comprehensivos y muy profesionales! 

Encontré este Colegio, generalmente un buen lugar para estudiar. Las lecciones son interesantes, y el personal y los profesores son educados, serviciales y comprensivos. Ellos quieren ayudar cuando tienes un problema dentro o fuera de la escuela. Para mí, al principio era difícil entender y comunicarme durante las clases, pero siempre podía pedir apoyo, y poco a poco iba mejorando. Una cosa que me gusto mucho especialmente es como es el sistema escolar ya que puedo elegir las asignaturas que más me convengan. Esto hace que el aprendizaje sea menos difícil ya que estoy aprendiendo lo que quiero aprender, y no me aburro con las lecciones. Sin embargo, al principio tuve un problema con la escritura de ensayos, ya que no lo hacemos a menudo en mi escuela en Polonia, pero luego me acostumbré a ello. La escuela es moderna con acceso a la biblioteca y por lo tanto las computadoras, que también son útiles durante las clases. Mi experiencia personal es bastante buena. Conocí gente nueva de muchos lugares diferentes, y por lo general son amables. En general, me gustó mucho vivir en el Reino Unido, y vi muchos lugares nuevos.

Decidí ir a un intercambio casi tan pronto como regresé de un viaje de dos semanas a Colombia con mi escuela. Sabía que quería ir a un país de habla hispana y estaba intrigado por la cultura de América Latina. Tenía muchas opciones, pero cuanto más estudiaba e investigaba cada país, más clara se hacía mi respuesta. Para mí, esa respuesta fue México. Un país históricamente rico y lleno de cultura que es lo que muchos consideran el corazón de América Latina, México fue la elección perfecta. Ahora llegó el momento de elegir en qué parte de México estaría haciendo mi intercambio. Quería ir al corazón de México y qué mejor lugar que la capital, la Ciudad de México. Estaba listo, contando ansiosamente hasta el día en que dejé mi casa en Kentucky y comencé una nueva vida en la Ciudad de México. Siendo una de las áreas metropolitanas más grandes del mundo, estaba un poco abrumado por el tamaño de este lugar cuando llegué. Mi nueva familia anfitriona y mi coordinador me recibieron calurosamente en el aeropuerto. Luego me presentaron mi nuevo hogar y comencé a tratar de instalarme. Estaba nerviosa por mi primer día de escuela. No tenía ni idea de qué esperar. Pronto me di cuenta de que no había nada por lo que estar nerviosa, ya que mis nuevos compañeros y profesores me dieron la bienvenida. Parecía que todo el mundo estaba ansioso por hablar conmigo y conocerme, así que no fue difícil conocer gente nueva y hacer nuevos amigos. La gente de aquí me ha aceptado muy bien y ha sido muy amable y abierta. No me tomó mucho tiempo darme cuenta de que la Ciudad de México tiene todo lo que uno puede necesitar y muchas cosas que hacer. Desde el distrito histórico de El Centro, hasta el bullicio de la ciudad moderna de Reforma, pasando por el "pueblo dentro de una ciudad" de Coyoacán, todo estaba aquí. Por no mencionar los deliciosos alimentos que se pueden encontrar en cada esquina. No me arrepiento de mi decisión de venir a la Ciudad de México y no he hecho nada más que hacer buenos recuerdos y nuevos amigos desde que llegué. Siempre me he sentido bienvenido e integrado en la comunidad como si fuera uno de ellos. Honestamente puedo decir que la Ciudad de México siempre tendrá un lugar en mi vida y esta experiencia ha sido algo que no olvidaré pronto.